El mundo tiembla pero Cristo es nuestra paz

Nunca pierdas la esperanza, el mal no tiene la última palabra, 

Cristo murió para salvar
y muchos mueren abrazados a la cruz de Cristo
crucificado para encontrar la plenitud de la vida.
Más allá de la ambición de poder,
más allá de las fuerzas bélicas,
más allá de los corazones endurecidos
está la gracia de la bondad,
la fuerza del amor y la salvación,
Cristo sigue muriendo en nuestros hermanos ucranianos
dando la vida por la libertad y la paz,
abrazados a la cruz de Cristo.

La guerra, la violencia y la maldad no tienen la última palabra,
lo demoníaco es vencido por la fuerza de Cristo Resucitado,
aunque tengamos que seguir completando
lo que le falta a la pasión de Cristo.

El mundo está falto de Dios,
la pandemia que estamos padeciendo
apenas ha acercado más a Dios,
el corazón humano necesita despertar de la indolencia e indiferencia,
mirar a Dios y dejarse amar por Él
hasta la conversión del corazón
en camino hacia un mundo más humano y fraterno.

No desesperes,
no te dejes atrapar por el miedo,
no te hundas ante la violencia de los que se creen poderosos
porque no son nada sino carne para los buitres,
tendrán que comparecer ante la justicia divina,
sus cegueras no les dejan ver la luz,
se creen dioses,
pero son carne para los buitres,
el infierno que viven en su cinismo quieren contagiarlo,
pero nada ni nadie puede vencer el amor de Cristo
a aquellos que le aman.

Hoy, hermanos ucranianos seréis mártires alcanzado la gloria,
el miedo se destierra donde Cristo triunfa
amando hasta el extremo,
nada podrá separarnos del amor de Cristo,
nuestra paz y esperanza.

El camino de la paz es la oración,
toda la humanidad orando,
ayuno, oración
y rezo del rosario por la paz impedirá la derrota
porque Cristo es la fortaleza de los débiles,
nuestra alegría, la esperanza del mundo,
la vida que nos ofrece eternidad.
Amén.